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CULTURA

Revista Morena

[LITERATURA]

La democratización de la palabra escrita

Las revistas culturales independientes y la constante lucha por reivindicar su labor

Por María de los Ángeles Karaman


 

Cada día en nuestro país se imprimen y difunden miles de revistas provistas de gran cantidad de contenido cultural. Revistas ajenas a los grandes grupos editoriales, revistas forjadas en sueños, en pasiones. Revistas pretenciosas de lectores. Palabras e imágenes producidas con el fin de comunicar en libertad.

 

Estas revistas son las revistas culturales y autogestivas, que levantan la bandera de la independencia y se proclaman a sí mismas como representantes de la diversidad que garantizan el libre flujo de la información.

 

Su supervivencia es difícil y luchan para sobresalir en un mundo donde el contenido y  la expresión están monopolizados. ¿Que las mantiene vivas? ¿Que las hace continuar erguidas ante la adversidad?

 

Los medios culturales independientes, gráficos y virtuales se han unido para avanzar en el fomento de medidas que apoyen el sector editorial, no nos sobra, para ello, la trillada frase de que "La unión hace la fuerza". Ellos sostienen que la sociedad y sus lectores los ayudan a seguir creciendo y juntos demuestran la importancia que poseen en el patrimonio cultural argentino.

 

Formaron un grupo de apoyo mutuo centralizado en la "Asociación de revistas culturales independientes de Argentina" (AReCIA), constituida hoy, después de más de dos años de su nacimiento, por 241 publicaciones con nodos distribuidos por todo el país, pasando por Córdoba, Mar del plata, Tucumán, Misiones y la Patagonia.

 

En su primera etapa del proyecto acompañando las tiradas de revistas de estas características, han logrado establecer convenios de producción, comercialización y difusión para sus miembros, con organismos como Radio Nacional, Télam, Correo Argentino, y hasta posibilidades para la gestión de subsidios con los ministerios de trabajo y de industria.

 

El objetivo principal de AReCIA desde hace un tiempo está dirigido a la divulgación de la Ley de Fomento para la Producción Autogestiva de Comunicación Social por Medios Gráficos y de Internet. Ley que presentaron ante el congreso con gran apoyo. El proyecto propone una serie de beneficios para el sector  que incluyen, entre otros, la exención impositiva del IVA en toda la cadena de producción, al Impuesto a las Ganancias y a los derechos de exportación e importación; la creación del Fondo Nacional de Desarrollo para la Producción Cultural y Autogestiva de Comunicación Independiente, que tendrá la forma de fideicomiso para nutrir los sistemas resultantes de subsidio y crédito, a tasas blandas y en el mayor plazo de pago posible, que el Estado declare de interés la circulación de las revistas del sector para su protección,  y la inclusión de la experiencia de la edición cultural, independiente y autogestiva en los planes de estudio primarios, medios y superiores.

 

El proyecto es ambicioso y se ha acompañado por campañas fuertes de promoción, en los distintos medios, bajo lemas como: "No nos vendemos" o "Sin patrón, sin moldes; producimos información con calidad + pasión - somos libres" que contaron con el apoyo de algunos comunicadores de otras esferas como Peter Capusotto.

 

La ley aun no es una realidad, pero desde AReCIA exigen ¡ley de fomento ya!, en uno de los apartados del proyecto de ley señalan, “la comunicación es un derecho y un deseo porque cada revista, cada editor, cada persona carga con una voz irremplazable e imparable”. Cada uno de nosotros, lectores, escritores, ciudadanos debemos entender que una ley de revistas culturales significará el triunfo de una esperada y postergada democratización de la palabra escrita. Palabra que ganara la posibilidad, por fin, de ser de todos y para todos.

 

 

 

 

Una experiencia personal

 

Soy maestra jardinera, pero hace unos años compartí el ideal de estos editores con el nacimiento de una revista independiente de carácter educativo que yo misma editaba junto a una amiga y colega. Esa experiencia fue de las más enriquecedoras y satisfactorias que he tenido.

 

Fueron cuatro años de arduo trabajo y lucha constante donde todo de mí, mi familia y los míos se plasmaron en cada hoja y cada letra comunicada.

 

Sus victorias me llenaban el alma y avanzaba en torno a cada paso que mi sueño, mi revista daba.

 

Era tener un universo entero de información en mis manos y la posibilidad de compartirla con otros...es inexplicable. Orgullo, responsabilidad, ansias, esperanza; la sensación de que se puede hacer algo por este mundo.

 

El momento no era el mejor, la situación no era propicia, no sé. Los monopolios hacían imposible la distribución, y un producto elogiado por muchos entendidos, quedó relegado a costos, peleas y entregas contrarreloj. Debí abandonarlo y seguir adelante.

 

El trabajo de estas revistas, de esta gente, es un trabajo artesanal, demanda no solo tiempo y dinero, sino dedicación, pasión y cariño. Los que las forjan buscan, seleccionan, escriben, diseñan, corren, piensan y expresan en ellas todo lo que son.

 

Dicen que las experiencias suelen marcarte, y cuando esta chispa se enciende es muy difícil apagarla. Tal vez mi participación en la revista Morena sea la viva muestra de que ese mundo ya me ha atrapado y no puedo alejarme de él. Por eso yo también reclamo ¡Ley de fomento ya!

 

 

 

Contacto AReCIA  www.revistasculturales.org.com

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