Parece  que todos estamos más conectados que nunca, ninguna noticia tarda en llegar  por más que provenga del otro lado del mundo. Las fotos nos muestran una realidad más colorida en la WEB que  en la propia vida real. Estamos con nuestras agendas saturadas, casi no descansamos, ese antiguo espacio que antes era ocupado por el descanso o simplemente por el aburrimiento ahora ya son absorbidos por nuestra actividad en  Facebook, Twitter, Instagram, Whatsapp y demás redes en las cuales podemos pasar horas actualizando  nuestro perfil y “chusmeando” el de los demás en búsqueda de nuevas noticias, anécdotas, cosas interesantes, cosas que quieras contar pero a todo esto te sentís con cierto vacío en tu interior, la verdad es que cada vez te sentís mas lejos de esas personas que Facebook llama “amigos” , algo está pasando, ya no somos los mismos y aunque

parezca irónico creo que estamos ante el nacimiento de una generación sumamente antisocial.

 

 

 Todavía recuerdo cuando iba en el colectivo o en el tren y veía ese momento mágico en el cual 2 personas totalmente desconocidas entre si se ponían a hablar, sin problemas y podían llegar a tener una conversación bastante fluida, e incluso podían llegar a convertirse en amigos y verse después. Pero esto ya no es así, hoy en día cada vez que subo al autobús lo único que veo es gente sumergida en su propio mundo, escuchando música con su celular, como  si los auriculares fueran los aislantes perfectos para no socializar; el que los tiene, de alguna manera te dice “no me hables” de antemano y eso es muy triste (al menos para mí).

 

 

Al parecer las nuevas tecnologías solo han servido para crear una “segunda vida” virtual, la cual es muy diferente a la real. En ella todos aparentamos, por lo general, ser muy sociables y alegres aunque esto no garantice que seamos así en la vida real.

 

También puede ser que tan solo sea consecuencia de distintos factores sociales que nos condicionan a estar más aislados, ser muchos más reservados, evitar el hacer contacto con cualquier desconocido o tal vez solo sea cuestión de perspectivas, lo cierto es que al parecer nos estamos desconectando cada vez más  de la realidad.